DESDE LOS INICIOS DE NUESTRA REPÚBLICA LA ASAMBLEA NACIONAL HA SIDO LA EXPRESIÓN DE TODAS LAS CORRIENTES POLÍTICAS, ECONÓMICAS Y SOCIALES QUE CONFORMAN LA NACIÓN PANAMEÑA
Historia
Declarada la Independencia, el 3 de noviembre de 1903, se convocó a una Asamblea Constituyente, que se reunió en 1904. Su presidente fue Don Pablo Arosemena. En esta histórica reunión, se elaboró la primera Constitución Política, la cual se aprobó en febrero de 1904 y que eligió al primer presidente de la República, Dr. Manuel Amador Guerrero. La primera Asamblea Nacional se reunió oficialmente el 1 de septiembre de 1906 en la ciudad de Panamá, conforme lo establecía la Constitución Política de 1904. La sesión duró aproximadamente dos horas y asistieron 19 diputados principales y 2 diputados suplentes.
El primer presidente de la Asamblea Nacional fue Don Tomás Arias, quien estuvo acompañado en la junta directiva
por los diputados Ignacio Quinzada y Manuel González Revilla, como primer y segundo vicepresidente,
respectivamente. Los diputados que conformaron la primera Asamblea Nacional representaban a los partidos Liberal y
Conservador.
A lo largo de su historia como el Órgano del Estado popular por excelencia, la Asamblea Nacional ha sufrido
cambios en su estructura y funcionamiento, que han sido determinados por las Constituciones de 1904, 1941, 1946 y
1972, con sus respectivas reformas.
La última reforma a la Constitución de 1972, ratificada por la Asamblea Nacional en septiembre de 2004, estableció
que, a partir del 1 de julio de 2009, de acuerdo con las disposiciones vigentes, esta institución la conforman 71
diputados con un suplente para un periodo legislativo de cinco años.
Según el artículo 149 de la Constitución Política, la Asamblea Nacional se reúne por derecho propio, sin previa
convocatoria, en la Capital de la República, en sesiones ordinarias que duran ocho meses en el lapso de un año,
dividido en dos legislaturas ordinarias de cuatro meses cada una y dos meses de receso plenario.
Asimismo, la Asamblea Nacional puede reunirse en sesiones extraordinarias, cuando así lo convoque el Órgano
Ejecutivo por un tiempo y para temas específicos, dentro del periodo de receso.
El carácter colegiado diverso, deliberante y representativo del Órgano Legislativo le confiere la misión
primordial de reflejar las aspiraciones de las mayorías y minorías.
La Asamblea Nacional ha acompañado a nuestra joven democracia en sus altibajos, y se ha convertido no solo en la
voz del pueblo, sino también en el espejo de la Nación, por cuanto que, como depositarios de la soberanía popular,
los diputados han enfrentado y seguirán enfrentando la difícil y honrosa tarea de mantener la esencia popular e
independiente del primer órgano del Estado.